LAS PENURIAS DE MI PUDOR.

Para entender el pudor hay que vivirlo, palparlo y sentirlo. Es sobre cualquier entrada apocaliptica, la intromision a tu intimidad en cualquiera de sus formas  por cualquier medio posible, embarazoso, bizarro y vergonzoso.

Como ha pasado penurias mi pudor? primero por la mente retorcida de tabues ensenados y aprendidos a pie puntilla de que nadie bajo ninguna circunstancia te puede ver como Dios te trajo al mundo, a no ser por la calentura adolescente del que descrube su vida sexual, o por quien te pario y siente el derecho de verte en cueros cuando se le antoje. Pero como llegue a sentir que mi pudor era violentado? Sencillo, cuando las circunstacias de la vida por la salud te pone a merced de los medicos, enfermeras, practicantes y todos aquellos que deambulan por las salas de operaciones en los hospitales, he aqui mis dos historias irrisorias comunes, vividas y vistas con suma simpleza.

























La primera historia se narra llegando al quirofano por una hernia inguinal, la cual nacio en pos de buscar el cuerpo perfecto de pectorales, abodmen marcado, espalda ancha, colgado sobre una barra todas las tardes, lo cuento para que sepan  la simpleza que alli me llevo.

Me presente en la preparacion de la sala de opereraciones, totalmente desconocida para mi, se acerco una enfermera solicitando me desvistiera cambiandome con una batita que se ponia al reves que a duras penas me cubria las tepaljuanas. Lo peor no fue eso sino su solicito atrevimiento de pedirme rasurara mis gumaros, si mis queridos gumaros, con un afilado rastrillo VIC, oh santo cielo! o Dios Mio! atentar contra lo que me hace ser hombre! 


Una vez rasurado, ser pasado como vaca al matadero, en medio de un cuarto de preparacion con 3 personas hipertensas, esperando la misma suerte. Al cabo de un rato junto a terapia intensiva ibamos pasando los unos a los otros a los quirofanos y entonces, salio de contexto el viejito que recibia un mortal ataque de la huesuda, teniendo que resucitarlo frente a nuestros ojos. Era de esperarse que los hipertensos, grupo al que no pertenecia, subieron sus niveles de presion al limite, dejando campo libre para que fuera el siguiente en el quirofano. 

Una vez alli salio mi querida doctora, guapa reacia, herguida frente a mi, girando instrucciones para que adoptara la pocision de feto, oh Dios mio! veia ultrajado mi pudor, una mujer guapa, sin calentura de por medio, viendome tocandome, acomodandome a sus anchas. Y entonces una vez anesteciado, ser descubierto y palpado por la misma, bueno fue que por el pudor mancillado o por la anestecia, el miembro viril carecio de caracter para erguirse estoico ante tan atrevido ataque. Menos mal que no sucedio semejante acontecimiento, sino estariamos hablando de un acto de lasivo comportamiento viril.


Manos iban manos venian, finalizando la operacion sacaronme del sitio a recuperacion, no podia ser peor, que el sitio de recuperacion fuera la mismisima sala de madres primerisas en canicas igual que un servidor, es decir, me encontraba alli donde las parturientas artificiales, cesarea aplicada para dar vida se recuperaban. Alli estaba yo recuperandome, con el dolor creciendo momento a momento, sin poder quejarme, por que era cuestion de huevos aguantarse ante una cortadita simple recibida en la ingle, en contra parte de las cesareas recibidas de tales mujeres que encima amantaban, a que cosa tan castrante.



No podia ser peor el acontecimiento, las ganas de mear se me vinieron, lo comente con enfermera quien paso un basin o pato para realizar simple necesidad fisiologica, pero, pero como hacerlo delante de las madres? no era posible!! La vejiga se llenaba, presionandome a ultranzas la costura de la operacion, el dolor se incrementaba y por mas que intentaba orinar bajo las sabanas no podia, lo hacia y no podia. Mi pudor no podia estar mas deteriorado. Quede dormido por un  momento con la basinica bajo las sabanas, y ante un recorrido subito de ellas por parte de la enfermera que me descubria mis miserias delante de las madres, mostraba mi flacido rapo amigo, que en otras ocasiones se habia portado a la altura de las circunstancias. Asi la enfermera lo quizo animarlo sin respuesta alguna, la orina simplemente no salia. Pasaron horas sin resultado, hasta que lastimeramente empece a arrojar pequenos flujos, una madre a mi lado me animaba diciendo que era normal, que no pasaba nada. Olvide citar, que era entonces puberto de 20 anos. 

La noche duro mucho, los ninos lloraron mucho, las madres me animaron y por fin despues de horas salio el ansiado chorro liberador, no con menos verguenza que incontrolable me mojo en sabanas, batas y cama, teniendo que ser desvestido, cambiado y pasado por las armas delante de las madres, oh Dios Mio pudoroso era yo!  Por que tan subitamente habia perdido el pudor cuidado por tanto tiempo?

La segunda historia la redactare en otro momento, y creo es mas embarazosa que esta. Una narracion tan comun y corriente que hace perder el pudor de lo cuidado por tanto tiempo.

Dedicado a mi amigo P. Memo.




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