El charco de san Bartolo
La vida se asemeja al agua que corre nacida desde un manantial, es abundante, rica, precisa, inagotable, pareciera perene, por todos lados se desborda, se huele, se siente, se moja, se tiene y se va, entre los dedos. Da vida a otras vidas, provoca el renacer en sus alrededores, y dependiendo de su cantidad es la medida en la que se observa desde las lejanias, cambia panoramas, reverdece colores, margenes y laderas, erosiona, impacta, sanja y golpea continuamente a su paso, no se puede contener por tiempo, se filtra a lo profundo, vuela a lo alto en vapor, se consume, se absorbe y la absorben, se va, tiene formas inverosimiles, se contiene a la medida, no es precisa y no es unica. Existe donde quiera, es apreciable por quien sea y se sorbe, saborea, matiza, disfruta, lava y continuamente purifica, deslava, diluye y conserva, se vuelve frio y calor.
La vida es semejante al agua que corre de un manantial, la disyuntiva humana es saber cuanta corre en cada individuo, cuanta tiene y que hace con ella, como la usa, la provoca, la toma, la arrebata, la comparte y la matiza para los demas, cuanto promueve su vida en otra vida. Solo le pido a Dios no desperdiciarla jamas, no dejarla escapar cada segundo por los poros de mi cuerpo, por el cansancio del andar y por las muletas que tendre que usar el siguente instante, por que mi mas grande tesoro es la vida que nace de mi manantial.
Marvs2000
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