MI EXITO ES TUYO
Honor a quien honor merece reza una frase cotidiana pero poco valorada. Somos reflejo de quien nos forma, enseña, orienta y ayuda a desarrollarnos por seres humanos en la vida diaria. Somos lo que otros han plasmado en nuestra personalidad día a día, somos reflejo de quien nos ve como hijo, amigo, hermano, atleta, padre y demás calificativos particulares.
El éxito o fracaso de una persona no es una casualidad, es una consecuencia de los que deciden formarla, con el riesgo que implica influir en una vida. Lograr el éxito no es tarea sencilla, sobre todo en actividades que implican un riesgo constante, un trabajo sin tregua, sin tiempos de descanso, vacaciones, fiestas, viajes y demás distracciones diarias. La dedicación, disciplina, coraje, enfoque, respeto y amor a lo que uno hace, con quien lo hace y con las consecuencias con que lo hace, forma el camino a los triunfos personales, grupales y familiares.
Agradezco desde estas lineas tu triunfo, por que no es individual, no es posible apreciar un cuadro sin quien haga la pintura, no es posible hacer una escultura sin quien la labre, no es posible escuchar una poesía sin quien la lea, de allí el éxito mío es tuyo, somos ganadores por que hago lo que aprendí de ti, ejecuto lo que me ayudaste a aprender, reflejo lo que me forjaste en muchas horas juntos, soy quien soy y estoy donde estoy junto contigo.
Felicidades pues a todos los que me ayudan a ser quien soy, por que soy un pedazo de cada uno de ustedes.
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