Mi abuela

La vida misma no es posible concebirse sin la presencia inalterable e inmutable de los ancianos llamados abuelos. Algunos no han tenido la fortuna de conocerlos, sin embargo, otros apenas nacimos fuimos recogidos en su regazo, siendo testigos del cercano ocaso en sus vidas, casi como si la arrancáramos paulatinamente en detrimento de sus fuerzas, ilusiones e independencia.




Tuve el privilegio de tener a mis 4 abuelos, de los cuales recuerdo entrañablemente sus personalidades. Mi abuelo paterno jornalero humilde que gozaba como nadie caminar, convivir con la gente que al igual que el se sentaba en el mercado o plazuela y después de largas conversaciones, regresaba a la casa con la familia, siempre con una bolsa de pan bajo el brazo.
Mis abuelos maternos, ambos hechos en el trabajo inquebrantable diario, sin descanso alguno por muchos anos, quienes apartados de la civilización en un pequeño pueblo, forjaron 11 hijos y una vida junta. Ambos ejemplares hasta sus últimos días, aun en medio de sus enfermedades y el genio que les provocaba. Hablar de ellos sera un tema aparte para publicar.

Me queda mi abuela paterna, quien aun con 95 anos no da señales de muerte cercana, y  aun cuando su cuerpo le dice la edad que tiene, recordandole continuamente que los mejores días han pasado, su espíritu inquebrantable la mantiene en pie de lucha y el goce de la vida misma, a pesar de las dolencias de músculos cansados, huesos rotos y dolores que antes no existían. 

Siempre he creído que mi abuela me tiene una consideración especial por ser el primer nieto hombre en su descendencia, quizás eso la ha hecho hasta cierto punto mas cercana a mi que a mis hermanos. A pesar de esto, he concluido durante los últimos anos, después de convivir mas cercanamente por la distancia con ella, forjando una idea vaga en una muy concreta, que es una cabrona bien hecha. Quizas por esta idea, me es facil verle con total naturalidad en la vejez, sin tenerle demasiadas consideraciones. Claro no es que no las tenga, pero no con aquella rigidez de quien la considera demasiada vulnerable a la muerte. 
De estatura pequeña apenas cercana a 1.45 m, tes morena clara, cabello corto canoso, cuerpo de huesos pesados, caderas anchas, muslos voluptuosos y pequeños pechos no de ahora, sino de toda la vida, mantenía un andar cauteloso, rítmico sin prisa y hasta silencioso en la mayoría de los casos. Siempre con medias a media pierna con vestidos o faldas amplias con algunos palotes, muchas de las cuales ella misma confeccionaba detrás de la maquina de coser, las cuales adornaba con sus tejidos aprendidos desde niña de la mano de su abuela quien la crió, enseñandole los oficios propicios para ser una buena ama de casa y poder valerse en la conformación de una familia. De carácter reacio, fuerte, tranquila y siempre pensante, independiente, tosuda y necia, su personalidad era suficiente para hacerse notar a pesar de su humildad, ya que todo esto estaba acompañada de una profunda seguridad en si misma arropada por una muy buena educación de sus padres. Toda esta descripción, es para que el lector se de una somera idea e imagine a esta tierna viejecita, por que daremos un paso a la comicidad de su vida actual, la cual me parece muy divertida y digna de ser compartida, no por una cuestión de mofa sino por que todos de llegar a ser abuelos, estar en sus condiciones y tener su anos pasaremos estas penurias, que aun siendo suyas, las comparte y terminan siendo de todos al menos por un rato.

Cierto día, anocheciendo en casa de mis padres, donde reside hace al menos 6 anos, haciendo las labores que ella acostumbraba, claro esta llena de recomendaciones para usar un bastón, hacer las cosas con luz de día y no tomar riesgo innecesarios, en su terquedad se dispuso a tender la ropa que había lavado apenas hacia un momento. Inesperadamente cayo súbito en la tierra una vez que el concreto en el patio trasero llegaba a su fin, atorándose su pierna en un hueco que los perros habían cavado en el perímetro, lo cual provoco una ruptura de su pierna izquierda a la altura del femur, y allí es donde empezó su ultima mas dura aventura de la tercera edad.

Tuvieron que operarla en par de ocasiones, una para colocarle una placa en el femur, la siguiente para retirársela, todo esto acompañado de una escara a la altura de la rabadilla sobre el lado derecho de su glúteo. He de decir que esto para ella fue sumamente doloroso y tortuoso, tener que cargarla, sentarla, acostarla y hacer malabares fue sumamente cansado, para todos los que nos comprometimos en su recuperación de una u otra forma. Ahora ya recuperada, ha empezado otra etapa en la cual encontramos en sus limitaciones, problemas para valerse por si misma, el lado bueno y gracioso de los momentos mas bizarros a los que se ha enfrentado en medio de su pudor.







Comentarios

  1. Gracias Marvins por visitar mi blog e invitarme a pasar por aquí. Muy lindo tu relato, me pareciera conocer a tu abuela de tiempo atrás con lo claro que barras todo. Felicidades! Sigámonos visitando.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

LA GRANDIOSA BAJA 1000

Las campanas politicas en BCS

ARROYO LAS CUEVAS