Tengo ganas de escribir

Un día un amigo (MEMO) muy cercano me incito a la escritura como forma de que los momentos perduren a través de los anos, y como la inextranable evaluación de la vida y los pensamientos, una vez convertidos en letras y leídos de nueva cuenta por el autor, allí creo que empece después de ser asiduo lector, a ser un efímero escritor.

Sin mayores argumentos literarios, líricos o poéticos, es prioridad expresar en forma clara, al menos para el pensamiento propio, las ideas cada vez menos espontáneas por el pasar de los días y la experiencia de la vida, por el cansancio del andar y los continuos tropiezos, pruebas, luchas y desgastes que implica ser o querer ser algo o alguien. Espontáneamente increpar la felicidad, la tristeza y el gozo de vivir, aun cuando se van desgastando los criterios propios y se contaminan con bombardeos de opiniones, argumentos y necedades, que menguan o van acabando con la chispa inocente, de aquel que sin artilugios es capaz de mostrar su razón o locura en las letras.

Aunque la escritura perdurable es esa, la escritura a puño y letra, es menos asidua, despreciada, en desuso y por desgracia nuestra, la única con acceso libre sin clave de entrada, autor virtual o cuenta electrónica, sino es la muestra de la esencia de alguien en primera persona, donde cualquiera con ojos y libre acceso puede convertirse en lector.
Hoy la escritura carece de personalidad, se ejerce desde un teclado con letras de molde perfectas, sin tachaduras, con correcciones automáticas de ortografía, sin el sudor y las arrugas del paso del dorso de la mano en cada letra apuntada.

Siendo sincero, soy un escritor efímero y sin personalidad, como muchos que deambulamos por el inframundo de la red, donde todo según nosotros es privado y esta guardado en algún lugar desconocido, pero a fuerza de decir la verdad, el mérito de ser escritor es sentarse a la mesa, con una hoja, un grafito, un café, un tiempo y un espacio egoísta, cerrado a lo particular evaluando lo conceptual, creando el sentido a las continuas palabras que se agolpan en la mente, donde igualar o sobre poner una o dos después de un borrón, es casi un improperio y un agravio al tiempo perdido en el primer intento, con la rebeldía pero la conciencia que el primer intento nunca será el único.

La escritura tiene peso, personalidad, matices, arte, arquitectura, trazo, argumentos y profundidad, por que arrebata el tiempo, mente, sentidos y el cuerpo en pos de una frase que represente el ser. Si la escritura esta en desuso, entonces la imaginación del hombre en extinción, pero si esta en desuso, lo esta también el gusto por la expresión solicita de sentimientos propios.
Estará ausente el paso del pensamiento personal y nosotros de lo que implicamos como consecuencia de vida sobre los días, donde gastamos nuestra esencia en lo mucho y en lo poco.

Agarrare un cuaderno para escribir, que perdure cuando mi clave claudique y mi facebook pase de moda, volveré a mis primeros días de inocencia donde una letra significaba un triunfo nacido de mi esfuerzo, cuando aprendí a hacer letras propias, únicas y apuntadas por mi mano, chuecas, regias, pequeñas o grandes, pero que mi cuaderno pueda ser visto, palpado y sobre todo personalmente evaluado.


Comentarios

  1. Excelente reflexión amigo mío, en lo personal me ha conmovido ya que me llevó a aquellos años de inocencia en donde el arte de escribir se limitaba a no cometer faltas de ortografía. La escritura pura y fina de un niño que sin saberlo acabaría marcado por las letras.
    Escribir es un placer y una buena vía para expresar aquello que a uno lo determina, las experiencias y los sueños por decir lo menos.
    Felicidades por el buen estilo pero más aún por decidir reencontrar el espíritu puro y rudimentario de la escritura.
    Un gran abrazo.

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